El siguiente relato surgió de ese juego.
Había una vez un tazo que cayó en el agua. De repente un gran pez se acercó y se dio cuenta que estaba en un acuario. ¡Tenía que salir de allí! Se subió al pez. Cuando estaba casi en la superficie, saltó el pez arriba del acuario. El tazo cayó al suelo, rebotó, sonó y el dueño del tazo lo agarró y le dijo gracias al gran pez.
EAMG
Ejercicio de mi taller de literatura